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El Síndrome de Procusto.

¡Odian a quien destaca!


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Cuando el liderazgo ataca y recorta Seres Humanos, para no sentirse amenazado.


¿Sabías que existe un síndrome denominado: El síndrome de Procusto?


Esto no es una metáfora elegante.  Es una descripción cruda de una patología del poder.


Se utiliza en psicología, en análisis cultural y en estudios organizacionales para explicar patrones de conducta tóxicos que aparecen, sobre todo, en contextos de liderazgo, jerarquía y control.


No es raro.  Es más común de lo que muchos quieren aceptar.


Origen del concepto.


El término proviene del mito griego de Procusto, un personaje que obligaba a sus víctimas a acostarse en una cama de hierro y entonces:


Si el cuerpo era más largo, cortaba las extremidades.

Si era más corto, lo estiraba hasta hacerlo encajar.


La metáfora es brutal, pero exacta:


Forzar a las personas a ajustarse a un molde, obvio al del jefe, aunque para ello, haya que dañarlas.


Procusto no cambiaba la cama: Destruía al huésped.


El síndrome de Procusto en el liderazgo.


En el contexto del liderazgo, este síndrome describe un patrón psicológico caracterizado por:


  • Intolerancia profunda a las diferencias.

  • Amenaza constante ante el talento ajeno.

  • Necesidad obsesiva de uniformidad: “todos iguales a mi estilo”.

  • Uso del poder para recortar, neutralizar o invisibilizar a otros.

  • Mentalidad binaria: “o eres como yo, o eres mi enemigo”.

  • ¡Yo estoy bien, por lo tanto, sé como YO!

  • ¡O encajas en mi estrecha mente, o encajas en mi estrecha mente!


Cuando el jefe no ha trabajado su autoliderazgo, convierte a su equipo en el lugar donde descarga su inseguridad, sus miedos, sus traumas y sus egos.


Un jefe con síndrome de Procusto no desarrolla personas.  Las aplasta hasta que no incomoden.


Rasgos típicos del líder procústeo:


Este tipo de líder suele:


  • Descalificar ideas brillantes que no controla.

  • Minimizar o sabotear a personas más capaces.

  • Premiar la obediencia, no el pensamiento.

  • Castigar la creatividad disfrazándola de “indisciplina”.

  • Rodearse de gente menos competente, para no verse expuesto.

  • Sentirse incómodo cuando alguien crece demasiado rápido.

  • Es un agresor silencioso, a veces, muy elegantemente agresor.

  • No le molesta el error, le molesta el contraste, lo diferente a él o a ella. Lo que no encaja con sus patrones estrechos de pensamiento. Por ello, es muy intolerante y obsesivo, para que todo encaje en su pequeño mundo.


El síndrome de Procusto en las organizaciones.


Cuando este patrón se instala, el daño en las organizaciones es profundo ocasionando:


Mediocridad institucional.

Fuga sistemática de talento.

Equipos sumisos, pero intelectualmente pobres.

Cultura del miedo y del “perfil bajo”.

Innovación bloqueada.

Liderazgos frágiles, defensivos y paranoicos.

La gente se siente muy incómoda con esas personas, pero no tienen conciencia de ello. Piensan que ellas están muy bien y los demás no.

Viven una verdad negada crónica y generalmente irreversible y en aumento.


Lectura psicológica profunda (la parte que incomoda).


El síndrome de Procusto suele estar asociado a:


  • Inseguridad estructural.

  • Identidad débil sostenida por el cargo.

  • Ego frágil que se protege atacando.

  • Necesidad patológica de control.

  • Baja función ejecutiva:

  • Pobre inhibición emocional,

  • Rigidez cognitiva,

  • Cero flexibilidad mental.


Eso no es de ninguna forma Liderazgo. Es Poder vil y corriente. No más.



Antítesis: el liderazgo NO procústeo.


Un líder Inteligente:


  • Se rodea de personas mejores que él.

  • Celebra la diferencia, en lugar de perseguirla.

  • Amplía el sistema, en lugar de recortar al individuo.

  • Desarrolla talento, en vez de aplanarlo.

  • Tolera la incomodidad de no ser el más brillante de la sala.

  • El líder inteligente no estandariza personas.

  • En cambio, diseña contextos donde cada uno puede crecer, sin pedir permiso.


Preguntas muy incómodas para Ti:

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Para que te veas en tu espejo que NO sabe mentir, ¡no como el de la madrastra de Blanca nieves, la reina malvada!


  • ¿A quién he frenado porque crecía más rápido que yo?

  • ¿A quién he descalificado, sin argumentos técnicos reales?

  • ¿Qué talento se fue… y por qué nunca regresó?

  • ¿Premio resultados, o premio obediencia?

  • ¿Escucho ideas, o solo tolero las que refuerzan las mías?

  • ¿Me rodeo de gente capaz, o de gente manejable?

  • ¿Confundo “alineación” con sumisión?

  • ¿Mi equipo piensa… o solo ejecuta sin cuestionar?

  • ¿Amplío el sistema o achico a las personas?

  • ¿Mi liderazgo produce crecimiento o silencio?

  • ¿Hago crecer a mis colaboradores?

  • ¿Los empodero y los dejo tomar decisiones? O yo, solo yo, en mi inmenso narcisismo decide por todos y piensa por todos.

  • ¿Me molesta la gente que no piensa y no es como Yo?


Si estas preguntas incomodan, probablemente no sea casualidad.


Reflexiones finales.


El síndrome de Procusto no destruye de inmediato: Erosiona lentamente.


  • Primero todos se quejan, generalmente a sus espaldas.

  • Luego todos se quejan en todos lados.

  • Segundo, se va el talento incómodo.

  • Luego se va la inteligencia colectiva.

  • Después, la organización o su área se queda sola…Creyendo que sigue siendo fuerte.

  • Un líder procústeo sobrevive un tiempo.  Pero deja estructuras débiles, equipos rotos, colaboradores infelices y una cultura incapaz de adaptarse.

  • Porque cuando el liderazgo se convierte en una cama de hierro, la organización aprende a encogerse para no sufrir.


Y eso no es liderazgo.

Es profundo miedo y aterrador manejo del poder.


Pero hay final feliz, tarde a temprano, ¡los líderes procústeos se quedan solos!

 

Flavio Ruiz.

Diciembre 2025.


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Flavio Ruiz.

Actualmente cursa su Doctorado en Filosofía con especialidad en Liderazgo Estratégico,

Consultor y consejero de Negocios, y Coach Directivo, con casi 40 años de experiencia ayudando a empresas a mejorar su rentabilidad y optimizar sus resultados estratégicos.

Como fundador de Inteligencia Organizacional Consultores, ha trabajado en Estados Unidos, México, América Latina y Europa con organizaciones de diversos sectores, impulsando la creación de culturas organizacionales inteligentes que maximizan el rendimiento, fortalecen el liderazgo y generan impacto directo en el crecimiento y la competitividad empresarial.

Su formación académica incluye una Licenciatura en Sociología, Maestría en Desarrollo Organizacional. Maestría en Administración con especialidad en Calidad, Integrando investigación académica y experiencia práctica para el desarrollo de líderes inteligentes y estratégicos.

Ha sido consultor y catedrático de alta dirección en el ITESM, profesor de maestría en la UDEM, consultor en la Facultad de Psicología de la UANL y profesor en diversas licenciaturas y maestrías, destacándose por su capacidad de diseñar estrategias personalizadas con aplicación inmediata en entornos reales.


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2 comentarios

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Rodrigo Lopez
hace 3 días
Obtuvo 5 de 5 estrellas.

Excelente

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Sandra Marcela López
hace 4 días
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Extraordinario.

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