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Emprendedores Fallidos

Abandonan sus propósitos, abdican a sus sueños





Desde hace años he facilitado una cantidad innumerable de procesos de Coaching empresarial.


El propósito general de esos procesos es el de ayudar a el o los participantes a diseñar y montar su propio negocio.


Muchos de ellos o ellas, siendo “empleados”, deciden emprender,como parte de su proyecto personal, y me buscan para ayudarlos a definir un plan de negocios y a acompañarlos en el proceso de convertirse en empresarios.


Llegan, muchos de ellos, con un gran entusiasmo, con energía, alta motivación, con la intención de independizarse, dejar de trabajar para una empresa, para un jefe e iniciar su propio emprendimiento.


Algunos de ellos lo logran, tengo mchos casos de éxito, incluso algunos de ellos realmente impresionantes.


Pero el día de hoy, me quiero referir a aquellos ,que por diversas razones, abandonaron su propósito, abandonaron su sueño. Abandonaron uno de su objetivos vitales y estratégicos en la vida.

Publiqué el día de hoy un post simple, que dice así:


“Tiempo que inviertes en lograr los sueños de alguien, es tiempo desperdiciado para alcanzar los tuyos”.


Lo interesante es que inmediatamente recibí cantidad de mensajes en respuesta. Entre otros mensajes me dijeron:


1. “Qué fuerte”.

2. Es la verdad y eso me pasó a mí.

3. Tengo 46 años y he vivido trabajando para los sueños de (el nombre de una conocida).

4. Qué dolor me da aceptar que me proyecté en ese post.

5. ¡Si! yo trabajo para que otra persona esté viviendo la vida que yo he deseado.

6. ¡Ciertamente!

7. ¡Muy, muy cierto!

8. ¡Es triste, pero es mi realidad!

9. Qué duro, no tuve las agallas para emprender.

10. ¡Me saldré a llorar Flavio, es verdad eso!


Solo por mencionar algunos de ellos.

Son muchas las preguntas que se producen en torno a estos temas.


Difíciles las respuestas, ya que cada uno tiene sus propias “razones”, en caso de estar en este “segmento” de la población laboral que ha pensado, ha soñado y ha querido emprender.

Muchas de esas respuestas, al menos una gran cantidad que me han dado, tienen que ver con una fuerte racionalización, es decir, han construido mentiras para justificar su abandono de propósitos. Mentiras auto creíbles que explican con razones (falsas) el abandono y calman la ansiedad que eso les genera.


Verdades negadas que hacen la vida mas llevadera, sabiendo que realmente renunciaron a sus sueños más profundos y se conformaron con ser “empleados” de alguien. (Cosa, por cierto, que no es mala, lo malo es que no es lo que supuestamente quieren en su vida).


¿Cuáles son las razones de abandono? Muchas veces son abandonos prematuros, es decir, ni siquiera dan los primeros pasos en esa dirección.


En muchas ocasiones, sí inician sus negocios,

invierten tiempo, dinero, esfuerzo, pero abandonan ante los primeros problemas, los primeros desafíos, los primeros tropiezos.


Ser microempresario o empresario en general no es fácil, requiere de mucha potencia psicológica, ya que se enfrenta a un contexto radicalmente diferente al que vive un “empleado” en una burbuja de cierta o mucha seguridad, certidumbre, comodidad, incluso.


En el mundo de los negocios, hay fuerzas poderosas que interactúan para hacer de un proyecto que se ve fácil en el papel, un proceso cuesta arriba, lleno de retos, desafíos, miedos, tropiezos, y demás adversidades que se enfrentan en el viaje.


Es como el viaje de Ulises a Ítaca, un viaje lleno de peligros, monstruos, retos y adversidades, incluyendo la ira de los dioses que se oponen a que Ulises alcance sus propósitos.


Las razones de quien lo logra tienen que ver con la constancia en el propósito, la fuerza psicológica, la energía solucionadora, la mente estratégica, las ganas de vivir intensamente buscando más allá de la comodidad de un empleo fijo y seguro en el cual resguardarse muchas veces, renunciando a la vida misma, a los sueños, a los propósitos fundamentales por los cuales estamos vivos.


Cierto, hay gente que nunca ha buscado ser emprendedor. Yo me refiero particularmente a aquellos como el caso de mis clientes que han decidido iniciar un negocio, pero también deciden posteriormente abandonar y abdicar. Quedando frustrados, dolidos en el Alma, con la espina clavada en la mente de que abandonaron y “no fueron capaces de ir más allá”.


No recomiendo a nadie iniciar ese viaje si realmente no están listos para hacerlo, ya que el abandono implica un terrible dolor con el que tendrán que vivir incluso por siempre.


Ahora trato de persuadir a mis clientes que me piden asesoría en este sentido, trato de explicarles lo difícil que puede llegar a ser el proceso, para que, si realmente lo inician, tengan claro las implicaciones de este.


La pregunta es, ¿tú eres uno de esos casos?, ¿has querido iniciar un negocio y has abandonado? ¿Has incluso abandonado antes de iniciar? ¿Razones de tu abandono?. Solo tu sabes a ciencia cierta la verdad. Por miedo, por falta de potencia, por no saber manejar la incertidumbre, por presiones familiares, por la comodidad de tu trabajo como empleado.


Yo escribí el post en presente, pero realmente debería ser en pasado, es decir:


“Tiempo que invertiste en lograr los sueños de otros, es tiempo que perdiste en la búsqueda de los tuyos”.


Tuve amigos de la adolescencia o adultez mayor, llenos de sueños, ilusiones y ganas de vivir una vida intensa, montar un negocio y vivir con gran energía, viajar, conocer, tener adrenalina, enfrentar grandes retos y recibir grandes satisfacciones en esta corta vida. Vivir una vida digna de vivir (que no se logra solamente siendo empresario, aclaro).

Muchos de ellos acabaron trabajando toda una vida, una vida de burocracia, de hastío, de aburrimiento, de pocos retos, de monotonía, esperando y contando los días para lograr la soñada “jubilación”. ¿Y qué termino ocurriendo? Que ya jubilados están viejos, enfermos, desmotivados, muchas veces deprimidos, sin proyectos personales intensos, ¡solo esperando ahora el día de su muerte!


En fin, espero que no seas un emprendedor fallido, o si lo eres, que vivas luchando por tus sueños con toda tu energía sabiendo que, si no se logró, ¡no quedo en ti!, que hiciste todo lo que estuvo en tus manos para alcanzar ese propósito.


Más vale morir peleando por tus sueños, que esperar la muerte sentado, con la esperanza de que se cumplan solos.


Más vale ser un participante activo, protagónico, en la búsqueda de tus sueños, que ser un espectador que solo ve como viven sus sueños aquellos para los que dedicaste tu vida entera.


Atentamente

Flavio Ruiz

Monterrey, Nuevo León. México



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